jueves, 2 de junio de 2011

Triste despedida

Como decía la canción de The Doors, "this is the end". Se acabó. È finito. Rematou.
Acabo de cerrar las maletas y en pocas horas salgo para el aeropuerto.
Me despido de México con bastante pena por lo maravilloso de la experiencia. He gruñido (lógico en mi carácter), he aprendido, he disfrutado, he trabajado, he descansado, he crecido y he vivido tres meses estupendos. El color y la alegría de la gente te contagia aunque no quieras. El ver el mundo desde este lado del Atlántico implica asumir que en el viejo continente no se acaba todo, que el mapa terráqueo no se basa en Europa y EEUU, que existe una riqueza cultural de obligado conocimiento.
Me despido del blog también con bastante tristeza. Ya he confesado la compañía que me ha hecho durante estos meses gracias a los que estabais del otro lado de la pantalla. Os agradezco los comentarios y la fidelidad. Pido disculpas por los errores pero los recursos técnicos y mi ignorancia limitaban bastante mis entradas.
En fin. Las despedidas deben ser rápidas, así que os dejo bajo los acordes de Vicente Fernández mientras pienso ya en Volver, volver volver
Muchas gracias y hasta siempre.

miércoles, 1 de junio de 2011

El esqueleto podrido


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Día de despedidas. Empiezan los adioses con bastante tristeza. Miro atrás y veo lo rapídisimo que se me ha pasado el tiempo. No me creo que lleve aquí ya tres meses.
Inconscientemente pienso en dónde se habrán metido estas semanas porque se me han resbalado de las manos sin darme cuenta.
Miro atrás y pienso en cuánto he aprendido y en cuánto he vivido. Ya sé que sonará cursi, pero la verdad es que he disfrutado de una experiencia impagable (algunos me habéis confesado la envidia).
Esta no es la entrada de la despedida, pero sí del balance. Alguien me preguntó qué fue lo que más me sorprendió de este país. Y la verdad es que no consigo asimilar el sistema de mordidas. Es como si hubiera una costumbre muy generalizada al margen del Estado. Me sorprende como se sostiene sin ningún tipo de denuncias toda la red masiva de corrupción. Igual que todo el mundo sabe que el sol sale por el este, aquí todo mexicano ha pagado en alguna ocasión una mordida. Si quieres algo, cómpralo.
Los dos cuerpos más corruptos en México (según investigaciones internacionales) son la policía y el aparato judicial. Con esos precedentes, es fácil deducir que si el esqueleto está podrido, el resto del cuerpo también estará contaminado.
En otra entrada comentaba el hecho de que el monto total de mordidas a la policía es el equivalente al presupuesto del ministerio de Justicia. Seis de cada diez actuaciones de la policía implican pago de mordidas. Y la verdad es que cuando te comentan cómo funciona todo el sistema, te parece que te están contando algo surrealista. Si un agente quiere patrullar (es decir, trabajar en un coche) tendrá que pagarle a su superior una cantidad fija al mes. Sí, pagar para trabajar ¿Por qué? Por la misma razón que el dirigir el tráfico en un cruce importante también tiene un precio. La respuesta: el ir en una patrulla o estar en un cruce transitado supone tener acceso a más infracciones y mayor posibilidades de recaudar mordidas de los conductores. Y ese jefe a su vez le pagará a su superior, y así sucesivamente, hasta llegar a diputados o senadores que a su vez pagarán al pueblo en busca de votos. Una cadena perfecta que a nadie le gusta pero de la que todos participan.
Es, sin duda, más sorpredente el caso del poder judicial. Uno de cada cuatro actos del sistema judicial implican pago de mordidas. Si quieres que tu expediente se mueva en mesas colapsadas, tendrás que pagar. Si por el contrario, no te conviene que se mueva, tendrás que pagar. Si quieres conseguir un veredircto favorable, tendrás que pagar. Y así en gran parte de lo que se refiere a la justicia (por no hablar de las cárceles en las que también hay que pagar para que te den de comer y que no te suceda "ningún accidente"). A los que tengáis tiempo y os interese el tema os recomiendo una película del febrero pasado Presunto culpable. Es un documental que denuncia de un modo casi escalofriante cómo funciona el sistema judicial mexicano.
La cuestión daría para mucho más pero no es ni el momento ni el lugar. Confieso que me tiene encadilada el que haya un flujo ingente de dinero al margen del Estado, en el que se basa todo el funcionamiento del mismo.

lunes, 30 de mayo de 2011

El gallego lepero

En muchos países de América Latina se llama gallegos a cualquier persona procedente de España, sea ésta de Murcia, Castellón, Cáceres o Lugo. En México, no, se llama gallegos a los oriundos o descendientes de Galicia.
Desde que uno pisa territorio mexicano y confiesa su origen gallego, se topa con una sonrisa pilla en el rostro de su interlocutor ¿Por qué? Bueno, pues porque aquí circulan desde hace años todos los chistes de Lepe, pero aplicados a gallegos.
  • ¿Por qué los gallegos plantan cebollas en las carreteras? Porque son buenas para la circulación.
  • ¿Por qué ponen hielos al lado del video? Para congelar la imagen.
Y de ahí, hasta el infinito. Hasta en la radio, en un programa de deportes, escuché este supuesto diálogo entre dos gallegos: Maruja ¿Dónde está el champú? Pues ahí, en el baño. No, aquí hay uno que pone que es para cabellos secos y el mío ya está mojado.
Hay quien se ofende al escucharlos, pero yo me río (aunque son extremadamente malos) porque, sinceramente, no me siento aludida para nada.
En todos se describe al gallego como ser rudo, ingenuo, con pocas luces y paleto. Y en realidad es probable que hubiera muchos así cuando llegaron aquí de una Galicia rural sin agua corriente ni luz, sin estudios y cargados de sueños.
Pero a esos adjetivos hay que añadir otro que pocos reconocen. La semana pasada un catedrático de la UNAM me contó este chiste:
¿Qué hacen los gallegos, mientras el resto de la gente cuenta chistes de gallegos? Dinero
Y así es, porque a todos los calificativos anteriores hay que añadirles el de trabajador. No hay más que dar una vuelta por esta ciudad para descubrir los frutos de esa emigración económica.
En fin, que si os queréis divertir un poco durante una pausa del trabajo, buscad en google "chistes de gallegos" y a disfrutar.

viernes, 27 de mayo de 2011

Lo que no entiendo

Advertencia: esta entrada puede ser malinterpretada y se me podrá acusar de imperialista española, de favorable a la globalización, de sucesora de Hernán Cortés, etc... Pero como dicen aquí: me vale madres...
Juro que lo he intentado. Me he esforzado por facilitar mi integración a través de mi actos. Por borrar el tono golpeado de los habitantes de la Penísnula Ibérica, por introducir las gracias, el por favor, el buenos días, por borrar el coger y el planchar, por no levantar la voz, por sonreír constantemente, por no tener prisas, por acostumbrarme a las dos horas en coche diarias, etc, etc. A la primera semana aprendí que no puedo hacer preguntas sobre ciertas cosas porque eso me llevaría al desequilibrio psicológico. Las cosas no tienen respuesta y listo. No siempre hay un por qué. Son así y son así.
Pero cuesta mucho adoptar esta actitud, porque el punto de vista de mi mirada siempre es el occidental. Y uno no entiende por qué pasan ciertas cosas. Uno no entiende el que si a un taxista le digo que se vaya por la avenida XXX, él opte en ese momento por irse por la ZZZ (y me ha pasado varias veces). Uno no entiende el que le respondan en un puesto de la calle que no tienen un anillo en rojo, si al cabo de un minuto descubre que estaba delante de mí (Pocas ganas de vender?). Uno no entiende que la gente no avise que deja de trabajar en un sitio, sino que simplemente deja de ir a su puesto un día, sin decir nada más. Uno no entiende que si queda con un trabajador (subalterno) a una hora, éste llegue 8 horas después sin dar ninguna explicación. Uno no entiende que me tenga que quitar las gafas de sol en el Palacio Nacional por motivos de seguridad. Uno no entiende tantas cosas. Y he de confesar que esa falta de respuestas me desesperaba.
La luz me la facilitó mi jefe (mexicano por los cuatro costados). Yo veo todo con ojos occidentales (insisto en que me esfuerzo por eliminar todo tipo de prejuicios baratos para captar mejor la realidad) y ellos no se mueven por dinámicas occidentales. Igual que los chinos siguen una lógica confuciana, yo sigo la occidental (o mejor dicho la española), ellos tienen otra en la que lo más importante no es la responsabilidad (entendida como lo hacemos nosotros), sino, por ejemplo, no venderle a un "güero" porque le cae mal, disfrutar de la novia en horarios de trabajo, no confesar su ignorancia sobre las calles de la ciudad, no tener prisa nunca, etc.
Sé que no todos los mexicanos son así, como no todos los catalanes son tacaños o los andaluces vagos. Pero hay muchas cosas que no entiendo y creo que están en la base de su situación económica-social.

lunes, 23 de mayo de 2011

Hay que apurarse




No me da tiempo para nada. Voy apurando los días. Vértigo pensando que el 2 de junio acaba todo esto. Hay mucho que cerrar.
Mientras tanto disfruto el fin de semana. Mercadillo de artesanías por la mañana del sábado. Colorido fantástico. Regateo, alegría. Después fiesta de cumpleaños. Se empieza a las 3 de la tarde y se termina doce horas después. En este intervalo, como cualquier fiesta mexicana, hay mariachis, mucha ranchera, mucho tequila (ríos de tequila), whisky, ron, vodka, Coronas, micheladas, bailes, cantos (y aquí yo aporto la Rianxeira y Catro vellos mariñeiros entre canciones de Negrete o Infante), risas y mucha alegría.
Hay que aprovechar cada minuto así que se madruga el domingo para ir al Centro con un guía estupendo, mi jefe de aquí. Conozco rincones maravillosos de la ciudad que nunca había visto. Compruebo una y otra vez como los edificios del centro se hunden (en cuanto pones un pie en la catedral o en otras iglesias de la zona, la cabeza se te va y te tienes que agarrar a algo). En una esquina, me encuentro con uno de los altares de la Santa Muerte (he de reconocer que lo estaba deseando porque me fascina e indigna el fenómeno) enfrente de San Judas (a quien cada 28 del mes le rezan los ladrones, camellos y demás fauna poco recomendable). Sólo faltaba Malverde.
Se declara campeón de la liga mexicana de futbol el equipo de la UNAM, los PUMAS. Así que (para superar el descenso del Depor) a gritar con miles de gentes por la avenida de Reforma ala bio, ala ban, ala bin, bon, ban, PUMAS, PUMAS ra, ra, ra
El cansancio se deja notar porque una no está acostumbrada a este ritmo.
Se cierra el fin de semana.
Esto se acaba, amigos.

sábado, 21 de mayo de 2011

Admiración y confusión

Esta vez no hablo de México, sino de España, de lo que está pasando allí y de la información que me llega aquí. No entiendo nada. O más bien, no consigo comprender todo esto.
Admiro los movimientos sociales porque soy una persona activa que huye de cualquier tipo de pasotismo. Me gusta que la gente participe en la vida, que dé su opinión, que luche por lo que cree, que no se deje pisotear. Pero la historia ha demostrado que hay que estudiarlos con calma, cogerlos con pinzas para no quedar atrapados en situaciones absurdas.
No comprendo por qué ahora salta todo esto. Si España lleva en crisis año y medio, si los problemas de la ley electoral existen desde hace más de veinte años, si el bipartidismo no es algo nuevo... Me decía una amigo que la pregunta que me debía de hacer era por qué no ahora. No quiero ser pedante, pero dado que no vivimos en una selva, la respuesta es porque estamos en campaña electoral, una situación especial (porque la participación del pueblo en la política merece el máximo respeto), con una serie de normas (que obviamente se pueden cambiar), pero no en la mitad del partido. Considero que hubiera sido más beneficioso para el Movimiento, de acuerdo con ese afán de apartidismo que defiende, el estallar el 23 de mayo.
No me considero fan de Muñoz Molina, pero ha escrito un artículo bastante interesante en su blog (http://antoniomuñozmolina.es/2011/05/hora-de-despertar/) en el que analiza ese pasado que nos ha llevado a la actual situación.
Desde hacía meses esperaba un estallido de la sociedad por la crisis actual ( yo no sabía si de tipo xenófobo o como el que ha ocurrido) pero estaba claro que la olla explotaría antes o después. La lástima es que cuando los estómagos están llenos nadie se queja (y la ley electoral era la misma)
En fin, como podéis ver no tengo las ideas muy claras sobre lo que está pasando en España.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Reflexiones de una comida

Ayer nos juntamos en una comida un mexicano, una italiana, un argentino (de ascendencia gallega) y yo. Fue una comida muy agradable en la que le dimos una vuelta a la situación del mundo.
Sólo cuando sales de la burbuja de tu ambiente, de tu círculo, de tu familia y amigos es cuando adquieres otra perspectiva de la realidad. Me preguntaron por España, por la crisis, por Zapatero y Rajoy, por la política de ZP, por quién ganará en el 2012. Y de repente, sin buscarlo, me encontré como analista política, como corresponsal de la realidad española.
Todos me manifestaron su preocupación por España y su difícil futuro.
Serán los flujos mundiales de información, los intereses geoestratégicos, el pasado común, pero el hecho es que desde aquí se mira mucho a España. Se sabe todo lo que pasa allí. Se sigue con un especial cariño y siempre con una admiración no confesable. Aquí se sigue la Liga o la Champions como si estuviéramos en Móstoles o Burgos. Se debate sobre Mourinho y Messi como si se emitiera el programa de tv en Madrid o Barcelona. Se conoce a Rajoy o a Gallardón.
Y nosotros apenas sabemos nada de lo que pasa por estos lares. El conocimiento medio de cualquier español (o europeo) sobre México o cualquier país americano es vergonzoso. Tanto a nivel de actualidad, como de cultura, economía o deportes. Analfabetos podríamos decir y eso que nos unen muchas cosas. Tan sólo puntualmente aparecen en los telediarios la violencia en México, los juicios por la dictadura argentina, Venezuela y Chaves o Bolivia y Morales. Simplificación máxima debida a la economía periodística.
Y mientras, nosotros miramos a Europa dando la espalda a este continente que tanto nos dio y en el que tanto dejamos (no siempre bueno).
PD A los que todavía no han escrito en el blog cada vez les queda menos tiempo