jueves, 2 de junio de 2011

Triste despedida

Como decía la canción de The Doors, "this is the end". Se acabó. È finito. Rematou.
Acabo de cerrar las maletas y en pocas horas salgo para el aeropuerto.
Me despido de México con bastante pena por lo maravilloso de la experiencia. He gruñido (lógico en mi carácter), he aprendido, he disfrutado, he trabajado, he descansado, he crecido y he vivido tres meses estupendos. El color y la alegría de la gente te contagia aunque no quieras. El ver el mundo desde este lado del Atlántico implica asumir que en el viejo continente no se acaba todo, que el mapa terráqueo no se basa en Europa y EEUU, que existe una riqueza cultural de obligado conocimiento.
Me despido del blog también con bastante tristeza. Ya he confesado la compañía que me ha hecho durante estos meses gracias a los que estabais del otro lado de la pantalla. Os agradezco los comentarios y la fidelidad. Pido disculpas por los errores pero los recursos técnicos y mi ignorancia limitaban bastante mis entradas.
En fin. Las despedidas deben ser rápidas, así que os dejo bajo los acordes de Vicente Fernández mientras pienso ya en Volver, volver volver
Muchas gracias y hasta siempre.

miércoles, 1 de junio de 2011

El esqueleto podrido


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Día de despedidas. Empiezan los adioses con bastante tristeza. Miro atrás y veo lo rapídisimo que se me ha pasado el tiempo. No me creo que lleve aquí ya tres meses.
Inconscientemente pienso en dónde se habrán metido estas semanas porque se me han resbalado de las manos sin darme cuenta.
Miro atrás y pienso en cuánto he aprendido y en cuánto he vivido. Ya sé que sonará cursi, pero la verdad es que he disfrutado de una experiencia impagable (algunos me habéis confesado la envidia).
Esta no es la entrada de la despedida, pero sí del balance. Alguien me preguntó qué fue lo que más me sorprendió de este país. Y la verdad es que no consigo asimilar el sistema de mordidas. Es como si hubiera una costumbre muy generalizada al margen del Estado. Me sorprende como se sostiene sin ningún tipo de denuncias toda la red masiva de corrupción. Igual que todo el mundo sabe que el sol sale por el este, aquí todo mexicano ha pagado en alguna ocasión una mordida. Si quieres algo, cómpralo.
Los dos cuerpos más corruptos en México (según investigaciones internacionales) son la policía y el aparato judicial. Con esos precedentes, es fácil deducir que si el esqueleto está podrido, el resto del cuerpo también estará contaminado.
En otra entrada comentaba el hecho de que el monto total de mordidas a la policía es el equivalente al presupuesto del ministerio de Justicia. Seis de cada diez actuaciones de la policía implican pago de mordidas. Y la verdad es que cuando te comentan cómo funciona todo el sistema, te parece que te están contando algo surrealista. Si un agente quiere patrullar (es decir, trabajar en un coche) tendrá que pagarle a su superior una cantidad fija al mes. Sí, pagar para trabajar ¿Por qué? Por la misma razón que el dirigir el tráfico en un cruce importante también tiene un precio. La respuesta: el ir en una patrulla o estar en un cruce transitado supone tener acceso a más infracciones y mayor posibilidades de recaudar mordidas de los conductores. Y ese jefe a su vez le pagará a su superior, y así sucesivamente, hasta llegar a diputados o senadores que a su vez pagarán al pueblo en busca de votos. Una cadena perfecta que a nadie le gusta pero de la que todos participan.
Es, sin duda, más sorpredente el caso del poder judicial. Uno de cada cuatro actos del sistema judicial implican pago de mordidas. Si quieres que tu expediente se mueva en mesas colapsadas, tendrás que pagar. Si por el contrario, no te conviene que se mueva, tendrás que pagar. Si quieres conseguir un veredircto favorable, tendrás que pagar. Y así en gran parte de lo que se refiere a la justicia (por no hablar de las cárceles en las que también hay que pagar para que te den de comer y que no te suceda "ningún accidente"). A los que tengáis tiempo y os interese el tema os recomiendo una película del febrero pasado Presunto culpable. Es un documental que denuncia de un modo casi escalofriante cómo funciona el sistema judicial mexicano.
La cuestión daría para mucho más pero no es ni el momento ni el lugar. Confieso que me tiene encadilada el que haya un flujo ingente de dinero al margen del Estado, en el que se basa todo el funcionamiento del mismo.

lunes, 30 de mayo de 2011

El gallego lepero

En muchos países de América Latina se llama gallegos a cualquier persona procedente de España, sea ésta de Murcia, Castellón, Cáceres o Lugo. En México, no, se llama gallegos a los oriundos o descendientes de Galicia.
Desde que uno pisa territorio mexicano y confiesa su origen gallego, se topa con una sonrisa pilla en el rostro de su interlocutor ¿Por qué? Bueno, pues porque aquí circulan desde hace años todos los chistes de Lepe, pero aplicados a gallegos.
  • ¿Por qué los gallegos plantan cebollas en las carreteras? Porque son buenas para la circulación.
  • ¿Por qué ponen hielos al lado del video? Para congelar la imagen.
Y de ahí, hasta el infinito. Hasta en la radio, en un programa de deportes, escuché este supuesto diálogo entre dos gallegos: Maruja ¿Dónde está el champú? Pues ahí, en el baño. No, aquí hay uno que pone que es para cabellos secos y el mío ya está mojado.
Hay quien se ofende al escucharlos, pero yo me río (aunque son extremadamente malos) porque, sinceramente, no me siento aludida para nada.
En todos se describe al gallego como ser rudo, ingenuo, con pocas luces y paleto. Y en realidad es probable que hubiera muchos así cuando llegaron aquí de una Galicia rural sin agua corriente ni luz, sin estudios y cargados de sueños.
Pero a esos adjetivos hay que añadir otro que pocos reconocen. La semana pasada un catedrático de la UNAM me contó este chiste:
¿Qué hacen los gallegos, mientras el resto de la gente cuenta chistes de gallegos? Dinero
Y así es, porque a todos los calificativos anteriores hay que añadirles el de trabajador. No hay más que dar una vuelta por esta ciudad para descubrir los frutos de esa emigración económica.
En fin, que si os queréis divertir un poco durante una pausa del trabajo, buscad en google "chistes de gallegos" y a disfrutar.

viernes, 27 de mayo de 2011

Lo que no entiendo

Advertencia: esta entrada puede ser malinterpretada y se me podrá acusar de imperialista española, de favorable a la globalización, de sucesora de Hernán Cortés, etc... Pero como dicen aquí: me vale madres...
Juro que lo he intentado. Me he esforzado por facilitar mi integración a través de mi actos. Por borrar el tono golpeado de los habitantes de la Penísnula Ibérica, por introducir las gracias, el por favor, el buenos días, por borrar el coger y el planchar, por no levantar la voz, por sonreír constantemente, por no tener prisas, por acostumbrarme a las dos horas en coche diarias, etc, etc. A la primera semana aprendí que no puedo hacer preguntas sobre ciertas cosas porque eso me llevaría al desequilibrio psicológico. Las cosas no tienen respuesta y listo. No siempre hay un por qué. Son así y son así.
Pero cuesta mucho adoptar esta actitud, porque el punto de vista de mi mirada siempre es el occidental. Y uno no entiende por qué pasan ciertas cosas. Uno no entiende el que si a un taxista le digo que se vaya por la avenida XXX, él opte en ese momento por irse por la ZZZ (y me ha pasado varias veces). Uno no entiende el que le respondan en un puesto de la calle que no tienen un anillo en rojo, si al cabo de un minuto descubre que estaba delante de mí (Pocas ganas de vender?). Uno no entiende que la gente no avise que deja de trabajar en un sitio, sino que simplemente deja de ir a su puesto un día, sin decir nada más. Uno no entiende que si queda con un trabajador (subalterno) a una hora, éste llegue 8 horas después sin dar ninguna explicación. Uno no entiende que me tenga que quitar las gafas de sol en el Palacio Nacional por motivos de seguridad. Uno no entiende tantas cosas. Y he de confesar que esa falta de respuestas me desesperaba.
La luz me la facilitó mi jefe (mexicano por los cuatro costados). Yo veo todo con ojos occidentales (insisto en que me esfuerzo por eliminar todo tipo de prejuicios baratos para captar mejor la realidad) y ellos no se mueven por dinámicas occidentales. Igual que los chinos siguen una lógica confuciana, yo sigo la occidental (o mejor dicho la española), ellos tienen otra en la que lo más importante no es la responsabilidad (entendida como lo hacemos nosotros), sino, por ejemplo, no venderle a un "güero" porque le cae mal, disfrutar de la novia en horarios de trabajo, no confesar su ignorancia sobre las calles de la ciudad, no tener prisa nunca, etc.
Sé que no todos los mexicanos son así, como no todos los catalanes son tacaños o los andaluces vagos. Pero hay muchas cosas que no entiendo y creo que están en la base de su situación económica-social.

lunes, 23 de mayo de 2011

Hay que apurarse




No me da tiempo para nada. Voy apurando los días. Vértigo pensando que el 2 de junio acaba todo esto. Hay mucho que cerrar.
Mientras tanto disfruto el fin de semana. Mercadillo de artesanías por la mañana del sábado. Colorido fantástico. Regateo, alegría. Después fiesta de cumpleaños. Se empieza a las 3 de la tarde y se termina doce horas después. En este intervalo, como cualquier fiesta mexicana, hay mariachis, mucha ranchera, mucho tequila (ríos de tequila), whisky, ron, vodka, Coronas, micheladas, bailes, cantos (y aquí yo aporto la Rianxeira y Catro vellos mariñeiros entre canciones de Negrete o Infante), risas y mucha alegría.
Hay que aprovechar cada minuto así que se madruga el domingo para ir al Centro con un guía estupendo, mi jefe de aquí. Conozco rincones maravillosos de la ciudad que nunca había visto. Compruebo una y otra vez como los edificios del centro se hunden (en cuanto pones un pie en la catedral o en otras iglesias de la zona, la cabeza se te va y te tienes que agarrar a algo). En una esquina, me encuentro con uno de los altares de la Santa Muerte (he de reconocer que lo estaba deseando porque me fascina e indigna el fenómeno) enfrente de San Judas (a quien cada 28 del mes le rezan los ladrones, camellos y demás fauna poco recomendable). Sólo faltaba Malverde.
Se declara campeón de la liga mexicana de futbol el equipo de la UNAM, los PUMAS. Así que (para superar el descenso del Depor) a gritar con miles de gentes por la avenida de Reforma ala bio, ala ban, ala bin, bon, ban, PUMAS, PUMAS ra, ra, ra
El cansancio se deja notar porque una no está acostumbrada a este ritmo.
Se cierra el fin de semana.
Esto se acaba, amigos.

sábado, 21 de mayo de 2011

Admiración y confusión

Esta vez no hablo de México, sino de España, de lo que está pasando allí y de la información que me llega aquí. No entiendo nada. O más bien, no consigo comprender todo esto.
Admiro los movimientos sociales porque soy una persona activa que huye de cualquier tipo de pasotismo. Me gusta que la gente participe en la vida, que dé su opinión, que luche por lo que cree, que no se deje pisotear. Pero la historia ha demostrado que hay que estudiarlos con calma, cogerlos con pinzas para no quedar atrapados en situaciones absurdas.
No comprendo por qué ahora salta todo esto. Si España lleva en crisis año y medio, si los problemas de la ley electoral existen desde hace más de veinte años, si el bipartidismo no es algo nuevo... Me decía una amigo que la pregunta que me debía de hacer era por qué no ahora. No quiero ser pedante, pero dado que no vivimos en una selva, la respuesta es porque estamos en campaña electoral, una situación especial (porque la participación del pueblo en la política merece el máximo respeto), con una serie de normas (que obviamente se pueden cambiar), pero no en la mitad del partido. Considero que hubiera sido más beneficioso para el Movimiento, de acuerdo con ese afán de apartidismo que defiende, el estallar el 23 de mayo.
No me considero fan de Muñoz Molina, pero ha escrito un artículo bastante interesante en su blog (http://antoniomuñozmolina.es/2011/05/hora-de-despertar/) en el que analiza ese pasado que nos ha llevado a la actual situación.
Desde hacía meses esperaba un estallido de la sociedad por la crisis actual ( yo no sabía si de tipo xenófobo o como el que ha ocurrido) pero estaba claro que la olla explotaría antes o después. La lástima es que cuando los estómagos están llenos nadie se queja (y la ley electoral era la misma)
En fin, como podéis ver no tengo las ideas muy claras sobre lo que está pasando en España.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Reflexiones de una comida

Ayer nos juntamos en una comida un mexicano, una italiana, un argentino (de ascendencia gallega) y yo. Fue una comida muy agradable en la que le dimos una vuelta a la situación del mundo.
Sólo cuando sales de la burbuja de tu ambiente, de tu círculo, de tu familia y amigos es cuando adquieres otra perspectiva de la realidad. Me preguntaron por España, por la crisis, por Zapatero y Rajoy, por la política de ZP, por quién ganará en el 2012. Y de repente, sin buscarlo, me encontré como analista política, como corresponsal de la realidad española.
Todos me manifestaron su preocupación por España y su difícil futuro.
Serán los flujos mundiales de información, los intereses geoestratégicos, el pasado común, pero el hecho es que desde aquí se mira mucho a España. Se sabe todo lo que pasa allí. Se sigue con un especial cariño y siempre con una admiración no confesable. Aquí se sigue la Liga o la Champions como si estuviéramos en Móstoles o Burgos. Se debate sobre Mourinho y Messi como si se emitiera el programa de tv en Madrid o Barcelona. Se conoce a Rajoy o a Gallardón.
Y nosotros apenas sabemos nada de lo que pasa por estos lares. El conocimiento medio de cualquier español (o europeo) sobre México o cualquier país americano es vergonzoso. Tanto a nivel de actualidad, como de cultura, economía o deportes. Analfabetos podríamos decir y eso que nos unen muchas cosas. Tan sólo puntualmente aparecen en los telediarios la violencia en México, los juicios por la dictadura argentina, Venezuela y Chaves o Bolivia y Morales. Simplificación máxima debida a la economía periodística.
Y mientras, nosotros miramos a Europa dando la espalda a este continente que tanto nos dio y en el que tanto dejamos (no siempre bueno).
PD A los que todavía no han escrito en el blog cada vez les queda menos tiempo

lunes, 16 de mayo de 2011

Una imagen...





Domingo de trabajo. Empieza la cuenta atrás y debo dejar cerradas demasiadas cosas. Tengo muchas ideas en la agenda para futuras entradas, pero hoy no tengo tiempo de desarrollarlas (sólo un avance: el monto de mordidas a la policía es el equivalente al presupuesto del ministerio de justicia en este país).

Como en otras ocasiones, cuando no hay tiempo para escribir abuso de las fotos, haciendo valer lo de una imagen vale más que mil palabras.

He aquí la majuestuosidad de Monte Albán (la primera) y Teotihuacán (la segunda). No me imagino la cara de Cortés al encontrar tales civilizaciones. La visión eurocéntrica del mundo limita mucho nuestra percepción de la realidad

Ya le queda poca vida al blog, pero prometo seguir escribiendo.

jueves, 12 de mayo de 2011

El once

Hace unas semanas estuve en Teotihuacán, unas pirámides a unos cincuenta kilómetros del DF. El guía me explicó el dominio de los números de la civilización que allí vivió hace muchos siglos. Eran ingenieros que calculaban a la perfección cada medida de esa maravillosa ciudad. En sus cálculos matemáticos destacaba siempre el número 11. Y me contó que no era casualidad que hubiera ocurrido el 11-s, el 11-m y este año el 11-m de nuevo con el terremoto de Japón.
La verdad es que no creo mucho en esas cosas por salud mental, pero me quedé con la mosca detrás de la oreja. Dada mi buena suerte viajera decidí intentar no viajar un 11. Pues hete aquí que hoy 11 de mayo hay un terremoto en Lorca de una magnitud bastante baja que mata a ocho personas.
En lo que llevo en México he vivido ya dos terremotos (de 6,5 y 5,8) y no me he enterado. No se ha caído nada (ni las chabolas más débiles). No entiendo por qué lo devastador de este sismo en Murcia, ¿por el día 11? Racionalmente me resisto a creerlo, pero...
Por si acaso, el 11 de noviembre de este año iros al campo a dar un paseo.

viernes, 6 de mayo de 2011

Come lo que vieres



Allí donde fueres, haz lo que vieres. Y así hago yo en lo que se refiere a la comida. Es increíble la variedad y gusto de la gastronomía mexicana. Estoy dando buena fe de ello (los garbanzos Cidaco que compré hace más de un mes aún siguen intactos) y lo demuestra el que si sigo así Iberia me cobrará exceso de peso a mí y no a mis maletas ;-)
Bueno, pues dado que ando liada con el trabajo porque me está pillando el toro, aquí dejo una foto de uno de los platos estrellas de la comida mexicana: escamoles a la mantequilla, gusanos de maguey y chapulines (o lo que es lo mismo, larvas de hormigas, gusanos de y saltamontes). Ehhhh, fuera esa cara de asco! O no me diréis que no hay cosa más repulsiva (y sabrosa) que unos percebes de Cariño o unos centollos. Muy hambriento debía de estar el que los probó por primera vez, o no? Así que mucho respeto al platillo que acabo de mencionar ;-)
Que a qué sabe? Bueno, pues las larvas de hormigas a arroz con mantequilla, los gusanos a frito y los chapulines a chile (porque los cocinan con chile). En fin, que sabor propio y significativo no tienen mucho.
No penséis que es un plato barato. Sería uno de los más caros (unos escamoles están sobre los 20 euros más o menos) en el menú mexicano. Por ello, consejo para los de la crisis económica: al negocio de las persianas, alquiler de baños, añadid caza de saltamontes

martes, 3 de mayo de 2011

Y seguimos con la (pinche, perdón) inserción



Creo que el blog me está sirviendo como tranquilizante o valeriana. Es lo que me ahorro.
El último día contaba mi experiencia con la policía. Pues seguimos en el mismo ambiente.
En México, pese al tráfico que hay, con millones de coches, no hay exagerados problemas para aparcar. En cada supermercado, restaurante, empresa grande hay o un estacionamiento privado o un servicio de valet parking que aparca el coche por una propina.
Esta mañana fui a hacer una gestión a una oficina de uno de los mejores barrios de la ciudad, Polanco (el Serrano del DF). Me dejaron un coche para el recado. Vi sitio libre detrás de un taxi. Miré si había señales de tráfico de prohibido aparcar y nada (ya dije en la otra entrada que no existen). Ahí lo dejé. Detrás de mí, inmeditamente se estacionó un camión. Así que me fui tranquila.
En los edificios de oficinas (aunque sean privadas), tienes que registrar tu hora de llegada y de salida y también dejar una identificación. Por eso sé que tardé exactamente 10 minutos de reloj.
Cuando salí el coche no estaba. Horror. Vuelco al corazón porque no era mío y en esta ciudad lo de la seguridad deja mucho que desear, así que pensé que me lo habían robado. Me quedé sin habla. Di vueltas sin dar crédito a lo que estaba pasando, hasta que a lo lejos veo al de quiosco que me hace el gesto de una grúa. Hijos de su chingada madre. En un país en el que todo es lento, TODO es lento, estos tardaron menos de 10 minutos en llevármelo.
Hablo con el del quiosco y me dice que se lo llevaron porque yo había aparcado delante de un banco y al parecer en este país (también por motivos de seguridad) está prohibido estacionar allí. Y yo como narices lo voy a saber si no hay ninguna señal!
Llamo a la dueña del coche (experta en estas lides) y se prepara para acompañarme hasta el "corralón" y sacar el carro. Mientras busco el taxi para ir a recogerla, vuelve la grúa y en menos de un minuto se llevan otro coche. Me voy hasta su casa (con el susto me monto en el primero que pasa, y cuando ya estoy dentro me doy cuenta de que no tiene licencia, por lo que le rezo a todos los santos).
Nos vamos al corralón. Una procesión de grúas que dejan carros. Para recogerlo, además de pagar la multa de unos 50 euros, hay que llevar copia doble de: carné de conducir, pago de los impuestos del coche, factura del concesionario de la venta del coche y copia de los documentos de circulación del vehículo. Como si uno llevara encima todo eso todos los días.
Esta vez no discutí. Con quién me enfado? No vi al policía que se llevó mi coche (por cierto, tienen comisión por cada uno que levantan). Así que chitón, me quedé con el cabreo todo el día.




PD. Después me dijeron que la concesión de las grúas, pertenecía, Oh sorpresa, al hermano del alcalde...

Lo siento, prometo no volver a contar cabreos en el blog

jueves, 28 de abril de 2011

Prueba de inserción

Antes o después sabía que tenía que llegar. Yo no quería, pero sabía que era una prueba más de mi inserción en México. El encuentro con la policía mexicana. Hace años que alguien me dijo que si tenía algún problema (accidente de tráfico, extravío, dudas generales) nunca acudiera a la policía porque ellos empeorarían la situación. Y así hago. En cuanto los veo me pongo firme para no llamar su atención. Es cierto que no estamos en la época franquista o en medio de una dictadura, pero su nivel de corrupción es tal que pueden hacer lo que sea para sacarte dinero. Sé que el gobierno de Calderón ha hecho algunas purgas, pero por si las moscas me toca la manzana podrida, prefiero no cruzarme con ellos. Sus sueldos son irrisorios, de ahí que sean fácilmente sobornables por todos, desde el ciudadano de a pie hasta los grandes narcos.
Para entender lo que me pasó el otro día hay que explicar cómo funcionan los carnés de conducir aquí. No hay examen. Eso es. La filosofía es que si tú quieres sacar el carné será porque sabes conducir, si no, ¿para qué lo quieres? Antes o después te matarías. Por lo tanto, tú vas a por el carné de conducir como quien se va a hacer el DNI o el pasaporte. Nadie revisa la vista, si estás cuerdo o si te sabes alguna señal. Nada. A partir de los 16 años ya puedes tenerlo y listo. Os podéis imaginar entonces que las señales de tráfico escasean. Por el momento he visto sólo dos, la de ceda el paso (que nadie cede) y la de prohibido aparcar. Nada más. Lo de la línea continua por la carretera es un adorno más.
Bueno, pues el otro día salí a cenar a una zona que no conocía. Me perdí con el coche, obviamente. Iba con mi mapa y me metí en una pseudocalle (no sabía si era el patio de una urbanización). Caminé 20 metros y enfrente me sale "la patrulla" (como se les llama aquí). Me hace una señal para que me pare. Y se me hiela la sangre pensando en las mil historias que me han contado (ya me veía como la peluquera de Porriño).
Bajo la ventanilla y el policía me dice que voy en dirección contraria. Joder, y cómo lo voy a saber si no hay señales que lo indiquen! Mi ingenio mexicano me hace responder:
-No, cómo cree? Estaba aparcando porque voy al restaurante de la esquina (lo había visto un segundo antes y me quedé con el nombre).
-No, señorita, usted iba por esta vía y es dirección contraria. Déjeme su licencia (hago un esfuerzo por sonreír, ser amable, mientras calculo cuando le tendré que dar como mordida).
- Como no, aquí tiene, soy española. (Y asumo el riesgo de que o me tima más porque piensa esta es europea y le sobra el dinero o me deja irme para no provocar conflictos diplomáticos mayores).
Le doy el tríptico rosa que tenemos como carné de conducir.
- Los documentos del coche.
- Sí, aquí tiene (en este punto, cagada de miedo pero sonriendo siempre)
Mira y remira el carné español, mientras yo calculo que le daré unos 15 euros pero no sabía si tenía cambio en el bolso.
Se baja el segundo policía para revisar todo el coche.
Después de anotar la matrícula, ver que los documentos están bien me dice:
- Bueno, güerita puede irse, pero tenga cuidado al conducir porque estaba en dirección contraria.
OHHHHHH, Milagrooooooo, no me pide nada!!!!!!
- Como no, muchas gracias, le agradezco la advertencia, que tenga buena noche. Muchas gracias, muy amable.
Doy la vuelta, dejo que se vayan y hago como que me meto en el dichoso restaurante al que nunca fui.
Me temblaba todo. Respiré hondo y me fui de esa pseudocalle.
Seguramente el que fuera española les echó para atrás. Así que debo decir que mi primer encuentro (y espero último) con la patrulla no fue del todo mal. Quizá querrían dar la imagen de un país moderno o quizá topé con uno de los pocos honrados.

martes, 26 de abril de 2011

Misteriosos silencios

Debo de estar envejeciendo porque cada vez noto que en mi interior explotan brotes irracionales de intransigencia. En una de mis primeras entradas reflejaba el choque lingüístico y paralingüísico con esta tierra. Me he adaptado (e incluso no me disguta) la extrema educación de los mexicanos. Todo inunda el por favor, gracias, buenas tardes, que le vaya bien, con permiso, sería tan amable, que tenga buen día, etc. (no me vais a reconocer cuando vuelva ;-) Pero una cosa se me resiste: los silencios. No sé cómo interpretarlos.
Estoy acostumbrada a que ante una pregunta haya una respuesta más o menos convincente. Pero aquí muchas veces surgen silencios que se hacen eternos. Y no sé cómo afrontarlos.
"Perdone, tendría que pasar a esa área para realizar una reclamación porque mi maleta está rota". "No". Silencio. Los ojos de la guardia de seguridad se congelan en una mirada inerte. "Pero es que necesito pasar". "No". Silencio. (Recuerdo que no se puede levantar la voz ni hablar golpeado, por lo que me esfuerzo en hablar muy suave). "Pero es que es la única posibilidad para..." "No". Continúa su mirada agilipollada (perdón por la expresión). Me parece que estoy dentro de una cámara oculta. Consigo una frase. "Vaya a hablar con su compañía aérea". "Pero es que son las 6 de la mañana y no hay nadie en la oficina". "Lo siento, no". Y me empieza a hervir la sangre. Pero por qué me mira así y no me da una explicación.
Se me agota la paciencia. No consigo mantener la calma y exploto por primera vez en este país (=gran cabreo).
Un amigo me comentó que en estos casos ese silencio se traduce en una petición no verbal de mordida, a la que obviamente no estoy acostumbrada porque no forma parte de mi alfabeto habitual.
No consigo descifrar estos silencios. Seguiré investigando este misterio.

lunes, 18 de abril de 2011

Las sandalias


Alguien me dijo un día que viendo los zapatos de una persona, se pueden conocer datos sobre ella. Así que rápidamente nos podemos imaginar quién es el sujeto de estas sandalias.

Como estrategia de asimilación, nuestra mente suele simplificar, reducir la realidad que percibe, y aunque nos facilite el entendimiento, nos conduce muchas veces a errores. El otro día un compañero me recordó que pensar que lo que veo en el DF es muestra de lo que sucede en toda la República es un error. Es una afirmación bastante obvia pero cuando viaAñadir imagenjamos asumimos que los rasgos que observamos en un lugar corresponden a toda la comunidad. Conocemos Roma, París o Berlín y pensamos, erróneamente, que el resto de Italia, Francia o Alemania es muy semejante.

Este fin de semana me fui a Tepoztlán (inciso: a los que les gusta Aute, la menciona en la canción Cinco minutos). Es un pueblecito a unos 90 km del DF. Ambiente rural por los cuatro costados. Aquí se vive muy al margen de lo que sucede en el Distrito, de la contaminación, del tráfico, de la burocracia. Muy al margen de todo, de Libia, de Obama, de lo que se decide en Los Pinos (el equivalente mexicano a la Moncloa). La vida aquí va en paralelo a la existencia capitalina. Dos mundos que nunca se tocan.

Es este mundo paralelo el que nutre los ejércitos de los narcos. Las jóvenes generaciones se resisten a mantenerse al margen y la autopista hacia el otro mundo la ofrecen los narcotraficantes. Dinero fácil por escaso riesgo (esa es la falsa oferta). Son jóvenes que prefieren calzar botas rancheras a sandalias como las de sus abuelos. Cuando conocen el verdadero precio de esas botas, ya es demasiado tarde.

PD. Hace unos días encontraron en Tamaulipas una fosa con 145 cuerpos. Lo más parecido que se me viene a la cabeza son las fosas de Sbrenica, desgraciadamente más numerosas. Tiempo al tiempo.

viernes, 15 de abril de 2011

Farmacias


Todos los días se escucha en la radio y en la televisión que "el sol está muy fuerte", es decir, que las radiaciones ultravioletas están rozando el máximo nivel, por lo que en la Ciudad de México es casi obligatorio ponerse protector solar para salir de casa. Incluso hay gente que va por la calle con paraguas.

Como me voy a ir a la playa unos días, me fui a comprar uno a una farmacia. Sólo me vendían el de 50. Insití (pensando que si me pongo eso me da hasta frío) pero no hubo manera, en las farmacias sólo venden esa protección tan alta.

Y ahí entré en contacto con el maravilloso mundo de las farmacias en este país. No hay ningún tipo de control estatal como en España, de tal modo que si tú quieres poner una farmacia, pues la pones como si fuera una librería o una zapatería (así me han dicho). Consecuencias? Que entras a la farmacia como si fuera un supermercado con las ofertas de la semana. "Esta semana oferta de Aspirinas" o "Aproveche los precios de esta semana en XXXX". Con folletos incluidos.

Cuando te acercas al mostrador para comprar ibuprofeno, pongamos por caso, la dependienta te ofrece la última crema antiarrugas ZZZ. Le dices que sólo quieres ibuprofeno y te responde que la crema para la cara es muy importante por las razones X, además esta semana está de oferta y si la compras te regalan el balón de playa y... No gracias. Mientras va a buscar la medicina me deja el folleto con las ofertas de la semana. Vuelve y de nuevo me repite que estoy perdiendo una oportunidad única.

Todo está copado por grandes franquicias de farmacias: las del ahorro (que curiosamente me han dicho que son las más caras), las populares, los similares, las San Pablo, las del doctor Schimdt, el doctor Simi, etc. Todos los supermercados y grandes cadenas tienen su farmcia. Al comprar al mayoreo ofrecen mejor precios y nadie compite con ellas.

La verdad es que esta liberalización no la veo del todo mal. Al menos evitaríamos que las farmacias se transmitieran de padres a hijos como si fuera el trono de los Borbones.

miércoles, 13 de abril de 2011

La Merced

Hoy acompañé a una persona a La Merced a hacer unos recados porque está a punto de abrir un restaurante pequeñito. Qué es La Merced? Pues el mercado más grande México.
Allí me fui tras la advertencia de que no era un lugar recomendable, que me quitara todas las joyas, que no llevara bolso y que fuera vestida con la ropa más sport posible.
Pero no imaginéis una plaza de abastos, si no un mercado de todo, TODO, todo. Desde juguetes, hasta pasteles, desde verduras hasta cestos y cerámica, desde disfraces hasta ollas y tenedores, desde todo tipo de recipientes de plástico hasta monos o tigres, desde cocinas hasta brujería. Ay, sí, brujería. Estuve unas tres horas y vi una décima parte. Una ciudad sin límites como esta es obvio que necesita un mercado descomunal. Sólo podía existir aquí porque en Europa la pesada y aburrida normativa de la UE hubiera prohibido TODO. Los productos de juegos no cumplen ninguna prueba de seguridad, ni la carne ni los quesos están en neveras, los animales vivos no tienen ningún control veterinario. Tampoco hay que rasgarse las vestiduras. Nada de eso me llama mucho la atención porque era la situación de España hace unas décadas. ¿O la UE permitiría el juego de la goma o las chapas hoy en día? Lo que más me impactó fue el apartado de brujería (unos 500 metros cuadrados). La gente que me conoce sabe que me impresiona bastante (es decir, que nunca he visto una peli de Freddy Krueger porque me muero de miedo). Bueno, pues ahí estaba yo delante de todas las figuras de la Santa Muerte, de Malverde (el santo de los narcos), de hierbas e inciensos de mil tipos para toda clase de males (desde para quemar grasas, hasta la diabetes o desengancharse de la droga), de animales muertos como víboras, armadillos y otros que no sé ni qué eran. Y obviamente te ofrecen servicios. Preguntamos por "las limpias" y nos aconsejaron a doña Lupe. Allá nos fuimos y en un puesto de seis metros cuadrados había cinco personas a la cola. Como mi acompañante no era fanática, se fue al puesto de enfrente y "se hizo una limpia" por 3 euros. El huevo salió intacto, así que no tenía mal de ojo. Yo miraba callada e impávida todo. La gente compraba muñecos para hacer brujería y clavar alfileres. Ya sé que vengo de la tierra de las meigas, pero esto está a otro nivel. Nada que ver con San Andrés de Teixido. De lo impresionada que estoy, me he quedado sin opinión. No sé si es bueno o malo. Si es prueba de ignorancia o de riqueza cultural. Si lo deben prohibir o si lo deberían fomentar como patrimonio inmaterial de la Humanidad. En fin, que a ver si reacciono par seguir con el blog.

domingo, 10 de abril de 2011

De par en par













El mundo del turismo está hecho para pares. No entiendo por qué las medidas en este ámbito no parten del número 1, como en el resto de nuestras vidas, sino del 2. Me he venido de fin de semana a Puebla, ciudad colonial a 130km de México DF. Cuando empecé a preparar mi viaje me di cuenta de que las tarifas en los hoteles son las mismas sean 1 ó 2 los ocupantes de la habitación. Tampoco se alteran si son 1 ó 2 los que desayunan en los macrobuffet. Reservo para cenar (por eso de seguir cuidando la línea curva) y de nuevo ¿Cuántas personas serán? Yo sola ¿Sola? Sí, sola. Pienso si me debo de sentir culpable. Pero no, es una soledad opcional y transitoria porque podría haber venido acompañada de alguien de mi entorno, pero sencillamente no quise. Estoy muy bien sola, tranquila. No quiero ni hacer amigos ni entablar conversaciones tipo sobre el tiempo, la seguridad o la corrupción. Yo conmigo misma me basto como compañía. Lo único malo son las fotos. Así que para daros envidia aquí os dejo un par en las que obviamente no salgo. PD: No tiene nada que ver, pero desde aquí rido homenaje a Sidney Lumet, director de mi película favorita, Network (1976), que falleció hoy. Si no la habéis visto no sé a qué esperáis.

jueves, 7 de abril de 2011

Temblor

Hoy tembló, como dicen aquí. A las 8.11 de la mañana, mientras me tomaba mi café con Frosties, hubo un sismo de 6.5. Y yo no me enteré. Yo me imaginaba que cuando hubiera un terremoto me iba a tambalear como se ve en la películas y ni siquiera me enteré. Dado que tengo un mareo constante por las cervicales, no percibí el movimiento de la tierra. En fin, que aquí la gente sigue su ritmo normal, como si nada. Se cumple lo de la selección de las noticias, porque en México un terremoto de 6,5 no es titular. Demasiado habitual. A todo nos acostumbramos, incluso a que en las noticias de todos los días nos informen de hallazgos de cabezas en Acapulco, Cuernavaca o Ciudad Juárez. Sí, quien encuentra una cabeza cortada como quien encuentra un euro por la calle. En estos casos al ser humano le tendría que temblar el alma.

miércoles, 6 de abril de 2011

Descendemos del mono

Hoy no he ido a la universidad (lo que no quiere decir que no haya trabajado) porque tenía que hacer trámites burocráticos. Así que me dije: hazlos a primera hora que habrá menos gente. Me fui a la Embajada, situada en un palacete en uno de los mejores barrios de la ciudad. Oh sorpresa! Cola en la calle de 30 personas para entrar. La verdad es que fue rápida (15 minutos). La gente tenía cita desde hacía meses para hoy, y yo no. Ellos iban a conseguir la nacionalidad española (por lo de la ley de la memoria histórica y no entro al trapo porque en lugar de un blog esto se convertiría en una enciclopedia) y yo a darme de alta en la embajada y solicitar mi voto para las municipales. Control de seguridad bestial para entrar. Dejas tu DNI al segurata que te lo devuelve a la salida (Ah! y si para los trámites lo necesitas? "pues ni modo"). Ventanilla de información con un señor muy eficiente que coordina a las decenas de personas en cola. A mí me parece una feria, pero por lo que me dicen hoy es un día con poca gente. Me doy de alta en la embajada y solicito el voto por correo. Me dan un impreso en el que me exigen que me dé de baja en el censo de Orense. ¿Qué? Solicito información y me dicen que dado que yo estoy trabajando en México (he entrado con un visado de trabajo que me exige la UNAM) para España yo resido en el extranjero. Y no sólo eso. Como residente en el extranjero, no tengo derecho a votar. !!!?????!??!?!?!? Qué??? Y como a tocanarices no hay quien me gane, le digo que no, que yo soy residente en España, con un trabajo en España, que no me pienso quedar más que tres meses y que tengo derecho a votar. Ah! No! Dado que usted ha entrado como trabajadora en territorio mexicano, para España usted no reside en España y como tal no puede votar en las municipales. Qué????!!!! Cuento hasta tres, sigo con el tono normal. Y como no consigo nada, opto por la opción B (dado que descendemos del mono, algunos sólo atienden así): alzo ligeramente la voz y le digo que está violando un derecho constitucional básico, que como ciudadana española tengo a derecho a participar en la elección de mi ayuntamiento. Repuesta: no, pero es que usted reside en México. (Joder, qué parte de mi frase no ha entendido!!!!). Bueno, pues ya "cursaré las oportunas protestas a la autoridad competente ante la violación de mi derechos básicos como ciudadana" (es que cuando me pongo cursi, lo consigo, eh?). Respuesta: Iré a hablar con el canciller para ver qué se puede hacer. Sí, vaya, vaya. Cinco minutos después: ya no consto como residente en México y puedo votar. Una hora y media de trámites, dolor de cabeza incluido y misión cumplida. Me cabrea esa parte de la burocracia que no hace su trabajo si no se protesta, se enfada o se levanta la voz. En Orense, al poner una denuncia por una aterrizaje de emergencia, el funcionario del Juzgado me preguntó si había salido del aeropuerto de Orense. No voy a contar aquí todas mis anécdotas con la Administración (para la que yo también trabajo) para no alargar ya la enfarragosa entrada de hoy. Dejo para mañana el capítulo 2. De la embajada me fui a la Oficina de Migración de México. Por cierto, ni pensaba votar en las municipales antes de entrar en la Embajada.

lunes, 4 de abril de 2011

Cine platino

Los fines de semana en otro lugar se convierten siempre en una incógnita. Los puedes aprovechar para viajar (aunque sola en este país no es muy recomendable), para trabajar (veáse la entrada de las persianas) o para imitar lo que podría ser un fin de semana en Orense, Coruña, Madrid o Génova. He evitado el aburrimiento y el trabajo enclaustrada para no acabar escribiendo sobre el bidé. Así que el viernes por la noche acepté una invitación para ir al cine. Mi primer cine en México. En estas circunstancias hubiera aceptado cualquier oferta, desde mariachis, hasta jazz o lucha libre, todo con tal de relacionarme con gente al margen de la universidad. Lo del cine me provocaba curiosidad porque en cada país hay costumbres diferentes. En Italia, por ejemplo, sigue habiendo descanso en mitad de la película, como en la España de hace treinta años cuando salíamos al bar a comprar pipas y sugus. ¿Cómo sería en México?

Obviamente, fuimos a un multicines de un enorme centro comercial, como en cualquier ciudad europea. Pero existen dos tipos de salas. Las habituales (que todos conocemos) y las platino. ¿Y qué es eso de función platino? Bueno, pues una sala en la que las butacas son cómodos sillones que se reclinan hasta casi hacerse camas y con mesitas al lado. Es decir, como si estuviera en la primera de un avión. Con camareros que te ofrecen comida (nachos, sushi, tacos, patatas fritas, sandwich) o bebida (martinis, tequilas, ron, etc.) ¿Precio? 7 euros (con los gastos de alimentación al margen)

La verdad es que al principio te quedas boquiabierta al ver semejantes comodidades. Lujazo a todo dar. Pero pensando en alguno de vosotros le vi un inconveniente: ruidos y olores. Desde el que muerde el nacho hasta el que se puede dormir (y roncar) por lo mullido del sofá. Desde el que come sushi (con olor a pescado) al que engulle patatas fritas con salsas picantes. Si eres de los puristas que no hablas NADA en el cine, que te concentras al máximo, estas salas no son para ti. Si, en cambio, te lo tomas como una imitación de tu sala de estar, con sillón y picoteo incorporado, es un gran invento, y nada caro, comparado con los precios españoles e italianos.

Otra diferencia: el doblaje. Aquí las películas (al menos las estadounidenses), no se doblan, sólo se incluyen subtítulos en la versión original. He ahí el porqué ellos dicen "googuel" mientras cualquier españolito de a pie dice "guguel".


En cuanto a la peli, fui a ver "La otra familia", film mexicano sobre el mundo gay, basado en un hecho real. Bastante dura, sobre todo en este país, en el que la comunidad homosexual no está muy integrada.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Trabajo




Como ando liada con el trabajo, y sé que algunos están enganchados al blog, o al menos (ilusa) eso espero yo, aquí os dejo una foto que hice en Chiapas.

Hay quien encuentra negocio en cualquier lado. Así que mensaje a los afectados por la crisis: venid a México a poner persianas y a alquilar baños.

lunes, 28 de marzo de 2011

Persianas

La verdad es que el blog me está haciendo bastante compañía, sobre todo los fines de semana, que en ocasiones se hacen duros. Éste me ha tocado trabajar para cumplir con unas entregas así que la ventana de internet es la única que tengo al mundo, porque la tele no funciona. O trabajo en el ordenador, o veo el correo en el ordenador, o veo una película en el ordenador o escribo en el blog en el ordenador. Y como cuando uno está solo y ligeramente aburrido, como es mi caso hoy domingo, piensa en las cosas más absurdas, como por ejemplo las persianas. Me resulta extraño que un invento tan simple y normal como las persianas en España no esté difundido en el resto del mundo. Tampoco soy Phileas Fogg para saber si existen en todos los países, pero en pocos lugares del extranjero me las he encontrado y no entiendo el por qué. Algo tan sencillo, cómodo, útil y barato. En Italia hay contras, que están bien, pero no es lo mismo. En México, hay estores, que apenas ocultan la luz. Sobre las seis y media ya te empieza a molestar la luz (a no ser que duermas como un lirón). He preguntado por qué no existen y me han dicho que son caras. No sé. En un país con tanta luz como éste, es un misterio que no sean de uso frecuente. Me parece que puede ser una buena inversión crear una exportadora de persianas para el resto del mundo. En plena crisis puede ser un nicho de trabajo. Intentaré entretenerme más el próximo domingo para no enrollarme con otra parrafada como las alfombras, bidés, fregona o enchufes.

viernes, 25 de marzo de 2011

El supermercado


Los que me conocen saben que me gusta comer bien. Lo considero uno de los placeres de la vida. México es un país con una de las mejores gastronomías del mundo (acaba de ser reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco) y obviamente, a mi me fascina. Tiene una variedad fabulosa (en la foto diferentes tipos de frijoles). Poco a poco me voy familiarizando con los nombres: tinga, cochinita pibil, huachinango, chilaquiles, enchiladas, pastor, volcán, flautas, tampiqueña, arrachera, carnitas, cajeta, donitas, etc...

Pero ahora he tenido que frenarme un poco porque mi volumen ha aumentado notoriamente (es decir, me estoy poniendo como una vaca). He decido volver a cocinar "a la española" mientras estoy en casa para cuidarme un poco y aumentar las verduras y frutas. Así que ayer me fui al supermercado yo sola (hasta ahora iba acompañada). No fue una gran experiencia porque noté seriamente lo que se experimenta en un lugar desconocido. La comida es una de las cosas que hace hogar, te hace sentir en casa al tiempo que te puede mostrar lo lejos que estás.

En España sé si prefiero Solís a Orlando, Danone a Yoplait, SOS a la Cigala, etc. Pero aquí? Hay un montón de productos nuevos que no sé ni cómo saben, ni cómo se cocinan. Un montón de marcas. Pánico! No quiero comida preparada ni congelada, entonces? Bueno, pues a experimentar y probar.

He de reconocer que mi españolismo me hizo comprar garbanzos Cidaco y alguna que otra cosilla europea. También compré pasta Barilla, pero me estuvo bien, porque al llegar a casa me di cuenta de que estaba hecha en México, así que cualquier parecido con la realidad fue puera coincidencia.

En definitiva, que me tendré que olvidar de mis recetas de Arguiñano, comprar el libro de Patricia Quintana y experimentar la nueva cocina mexicana hecha por mí, muy lejos de la real y estupenda cocina tradicional mexicana.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Cargarse de energía


El fin de semana pasado hubo un puente en México. Tienen costumbre de pasar los festivos que caen entre semana a los lunes y en esta ocasión el festivo era el 18, día de la Expropiación Petrolera, por lo que no se trabajó el 21, otro día clave en todo el país. Es la llegada de la primavera, más conocido como el Equinoccio de primavera, jornada especial que demuestra que las herencias mayas y aztecas siguen muy, muy vivas.

Ese día la gente se viste de blanco (sin adornos como pendientes, relojes, pulseras) y acude a las pirámides para cargarse de energía. Sí, habéis oído bien, cargarse de energía. Niños, ancianos, mujeres, familias enteras. En teoría (porque como en todo, algunos especialistas dudan de esta transmisión de energía) recuerdan a sus antepasados y la adoración que sentían aquellos por el astro solar. La verdad es que en un primer momento puedo ser motivo de gracia ver a miles de personas, pero pensándolo bien, cualquier acto religioso o pseudo-religioso visto con ojos de ateo, tiene apariencia cómica o simplemente surrealista.
A mí me tocó estar en Villahermosa (estado de Tabasco) visitando un museo de cultura olmeca (la civilización madre de los aztecas y mayas). Ni me acordaba que era el Equinoccio. En cuanto llegamos la guía nos apuró y nos llevó a un lugar apartado donde el grupo comenzó el ritual dirigido por ella. Eran las doce de la mañana, hora clave porque es cuando el sol está en su apogeo, entre oriente y occidente. Con las manos en alto recitamos una especie de oración solicitando al astro que nos diera su energía. Como soy mujer de poca fe, poca capté, más que nada porque no me di cuenta de que llevaba el sombrero puesto. Después de este ritual de unos diez minutos, seguimos con la visita.
Lo normal es acudir a centros importantes arqueológicos en las culturas mayas y aztecas como Teotihuacán, Tajín, Monte Alban, Palenque, Chichen Itza o Xochicalco. Para que os hagáis una idea, sólo en el primer sitio, las pirámides que están muy cerca de México DF, entre el 20 y el 21 acudieron unas 250.000 personas.
Mientras que en España la llegada de la primavera la dicta el Corte Inglés, aquí es la fuerza del sol. Seguro que les va mejor a ellos que a nosotros.

sábado, 19 de marzo de 2011

puente

ESTE nFIN DE SEMANA HAY UN PUENTE EN MEXICO. LO HE APROVECHADO PARA VENIRME A CHIAPAS. YA OSCONTARE. ES PRECIOSO¡¡!! TENGO UNA CONEXION PÉSIMA Y NO M DEJA SUBIR FOTOS. FELIZ FIN DE SEMANA

lunes, 14 de marzo de 2011

¿México es caro?

Muchos de mis amigos me preguntan si México es caro. La respuesta depende de quien la dé. Existen dos Méxicos.
Algunos datos como ejemplo: un policía gana 350 euros al mes (de ahí el origen de la corrupción y las mordidas). El menú del día de la Facultad (sin postre) cuesta 2 euros (ya sé lo que estáis pensando los de Elviña...). El salario mínimo al día es de 3,5 euros.
Por otro lado, tenemos el sueldo de los diputados y senadores: unos 7.000 euros al mes (compárese con el salario mínimo antes mencionado). El hombre más rico del mundo es mexicano: Carlos Slim (74.000 millones de dólares).
¿México es caro? Depende si la respuesta te la ofrece Slim o un propinero. Lo que es evidente es que no existe una clase media como la conocemos en Europa.

domingo, 13 de marzo de 2011

Por ser vos quien sois

Venir a México (no me atrevo a decir América porque no conozco el resto de los países hispanoamericanos) es en ocasiones dar un paso atrás en el tiempo y encontrarse con curiosas palabras, costumbres o vicios ya perdidos en España. Y en muchas ocasiones es agradable. En otras, no tanto.
En relación a la lengua, me topo con muchos ejemplos todos los días. El viernes pasado en un mercadillo, el dependiente respondió sobre unos rebozos "Los hubimos, pero ya no los tenemos". Uff, de la época cervantina como mínimo.
En cuanto a los vicios, por desgracia, también los hay. Sigue existiendo un fuerte clasismo, ya casi olvidado en España (en Italia, todavía se encuentra de vez en cuando, sobre todo en el Sur).
En la administración pública, en función de quien seas, así te tratarán. Ya me han dicho en varias ocasiones que en la universidad me debo presentar como doctora para que me hagan caso. No me lo acabo de creer y, la verdad no estoy acostumbrada a presentarme (más que nada porque siguiendo un razonamiento frío europeo, pienso que qué le importa a mi interlocutor si soy española o doctora o lo que sea). Pero no, para conseguir algo lo tienes que hacer.
El otro día fui a la biblioteca del centro en el que estoy. La funcionaria estaba hablando por teléfono con su amiga XXX. Esperé cinco minutos. Como vio que yo no me marchaba, interrumpió su charla y me preguntó qué quería. Le hice un par de consultas. A una me respondió, a la otra me dio largas. Insistí. Se trataba de que ella consultara el catálogo de otra Facultad en internet. Siempre con el teléfono en la mano, su respuesta fue: "Sabe qué, es que desde mi computadora no tengo acceso a otros centros de la UNAM" (sí hombre, y yo me lo creo). Le comento que me parece muy raro e insisto. Al decirle que volveré después de dejar mis cosas en mi despacho, abre los ojos como platos y me pregunta"Pero usted es investigadora?". Sí. "Ay, perdóneme. Nadie me lo había dicho" (por qué te lo tenían que aclarar, pienso yo). Le dice a su interlocutor al teléfono que lo debe dejar y cuelga. "Disculpe doctora, discúlpeme. Dígame qué desea. [...] Como no, claro que sí. Ahora mismo lo busco. Perdone, perdone, perdone". Al final consigo lo que buscaba. Pero si hubiera sido un estudiante cualquiera, un anónimo ciudadano no hubiera obtenido el resultado deseado. Muestra de una sociedad caciquil y corrupta como ésta.
No estoy acostumbrada a ese clasismo, y eso que yo salgo beneficiada (excepto cuando me encuentro con algún mexicano que sigue viendo a todo español como heredero directo de Cortés).
A pesar de Baltar, hemos ido perdiendo esos vicios.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Allí no, pero aquí sí




A riesgo de parecer políticamente incorrecta no creo en el Día de la Mujer Trabajadora. En una sociedad como la española no tiene sentido. Sé que habrá muchos que no opinen lo mismo pero creo que las cuotas y ese tipo de celebraciones nos hacen un flaco favor a las mujeres. Seguro que T. P nos podría explicar las docenas de razones que existen para apoyar dicho día, pero a mí, por el momento no me convencen.
No me convence que deba haber una cuota rosa, una paridad sólo por ser mujer. Es más, me parece una medida que roza con el populismo. Baste ver los gobiernos de Zapatero para comprobar que su composición no se debe a un requisito de excelencia, sino de proporciones entre hombres y mujeres. Prefiero estar gobernada por los mejores, sean éstos hombres o mujeres.
Es cierto que en España faltan cosas por conseguir, pero no depende de los 8 de marzo, sino de la educación de las mujeres y su pasotismo.
Esta crítica al feminismo trasnochado se ha tambaleado desde que estoy en México. País machista donde los haya. Y eso que conozco nuestra España y la Italia berlusconiana. Aquí, debido al ambiente de violencia que se respira, las mujeres están indefensas, son víctimas fáciles. Uno de los transportes más famosos de la ciudad, el Metrobus, tiene un vagón exclusivamente para mujeres por los ataques que sufrían habitualmente. Y así es (ahí están las fotos). Ves una especie de autobús con dos vagones: uno para hombres y otro para mujeres y automáticamente se me vienen a la cabeza las imágenes del cumplimiento de las leyes raciales de Estados Unidos de hace décadas. Existen además autobuses urbanos exclusivamente para mujeres. Pero el estado mexicano no encuentra otra manera de protegerlas. De hecho, la medida ya existe en Japón.
Otro ejemplo. Una amiga me dijo: si vas en un taxi, haz como que llamas a alguien diciéndole por qué calle vas y que te espere inmediatamente. De este modo, el taxista sabrá que alguien conoce tu recorrido y se lo pensará dos veces antes de atracarte. Soy una víctima fácil. Glups.
Es cierto que aquí en estos casos se mezcla la violencia en la que vive el país con el machismo. Sin embargo, estoy convencida de que las telenovelas tienen mucho que ver. Que sí. Que las telenovelas tienen buena culpa de un imaginario colectivo que fomenta estas actitudes contrarias a la dignidad de la mujer. Del mismo modo que Mediaset favorece la difusión de una mujer que no vive en este mundo.
Otro día desarrollaré esta teoría sobre las consecuencias de haber visto "Los ricos también lloran". Mientras tanto, bienvenida sea en este país una jornada de reflexión sobre la mujer.

lunes, 7 de marzo de 2011

El pago de una entrada







Ayer me fui a la Feria del Libro de México invitada por la UNAM. Tenía que estar a las dos de la tarde para la presentación de unas revistas.



A diferencia de las ferias españolas, ésta no es al aire libre, sino en uno de los edificios históricos de la ciudad, el Palacio de Minería, en plena centro de México.

Cuando me estaba acercando vi una cola que daba la vuelta a la manzana. Mínimo unas cuatrocientas personas. Pensé que estarían regalando algo, pero me equivoqué. Hacían cola para comprar la entrada para entrar. Esa es la gran diferencia con nuestras ferias del libro. Había que pagar 100 pesos (unos 60 céntimos de euro). Es cierto que para nosotros la cantidad es irrisoria, pero en este país con ese dinero te puedes comprar unos siete kilos de tortillas.

Lo admirable es que la gente pague por ir a una Feria del libro. Es decir, pagar por tener acceso a la cultura, a la lectura.

Todos los pasillos llenos;conferencias y presentaciones ininterrumpidamente en cinco salas diferentes. Y todas abarrotadas. Familias, ancianos, jóvenes.

Me imagino qué pasaría en Madrid, Coruña, Orense o Génova si hubiera que pagar por tener acceso a los stands. Bueno, la respuesta ya la sabemos.

En fin, que me admira ese gusto por la lectura, por mejorar que tiene esta tierra, frente a una Europa vieja y resabida.



jueves, 3 de marzo de 2011

Big, big, big
















Esta ciudad es grande, muy grande, inabarcable, descomunal (anádanse los superaltivos que procedan). Yo pensaba que rondaba los veinte millones de seres humanos, pero varias personas me han confirmado que supera los treinta. Es decir, tres cuartas partes de España metidas en una sola ciudad. Gente, gente, gente, gente, gente. No sé cómo será China pero me lo puedo imaginar viendo el Distrito Federal. Parece hora punta constantemente. Gente, gente y gente.

No tengo los datos reales, pero si elucubramos una proporción del tipo un vehículo por cada tres mexicanos, nos da la impresionante cifra de una ciudad con diez millones de coches. Así que os podéis suponer el color del cielo. A lo lejos se intuye el azul pero hay una capa marrón que cubre la ciudad.

Todo esto hace que sea una urbe caótica, imposible de controlar, limitar o dominar. Un monstruo que crece sin medida. Una de las avenidas principales que recorre la ciudad de norte a sur (av. Insurgentes), mide más de 60 km. La distancia entre Coruña y Santiago.

Hay circunvalaciones y vías rápidas dentro de la megalópolis con cinco y seis carriles en cada sentido. Pero nada. Se colapsan. La última gran obra de ingeniería es el doble piso del Periférico. Una especie de M-30 sobre otra M-30. Circulas a una altura de un sexto piso.

Yo cada vez que me voy a la Facultad tardo cuarenta minutos (si no es la hora punta, en la que se alarga a una hora y diez). Pero la gente puede tardar hasta dos y media en trasladarse de su centro de trabajo a casa de ida y otras dos horas y media de vuelta.

Una nueva prueba para la paciencia. "No comas ansias". Así que cuando a los diez minutos te empieza a hervir la sangre porque no hay más que coches parados, hay que realizar un ejercicio psicológico que aplica de vez en cuando mi santo padre: "Si tu mal tiene remedio, para qué te apuras, y si no lo tiene, para qué te apuras". Moraleja, paciencia (palabra que se empieza a repetir demasiado en este blog).

Otro día más.





martes, 1 de marzo de 2011

La lengua de Cervantes o la de Alfonso Reyes

La verdad es que no es fácil adaptarse a otro país. Y eso que este es un país "hermano", con parte de historia común. Pero lo de la lengua común no lo veo del todo cierto... a ver, nos entendemos, pero en dos días que llevo aquí he tenido que decir a mi interlocutor que no entendía unas cuantas veces.

Como no sepas qué significa te doy un aventón, jalar la puerta, torta de jamón, "empanadas y cuernos", hacer tu chamba, acomodarse en su cubículo, vacacionar, agarrar (y no coger) la charola, ser barco (en el ámbito docente), naco, fresa, picotudos, etc perderás información importante sobre lo que te rodea o lo que debes hacer.

A todo esto hay que unir la velocidad en la dicción. Lenta, muy lenta, rematadamente lenta. Hay que huir del hablar "golpeado" que dice mi padre, porque a la primera de cambios te miran mal, como si les estuvieras gritando. Así que una conversación tipo con cualquier persona con la que te cruces en el trabajo es de este tipo:

-Bueeeenooooos días doooooctoooooraaaaa

- Buenos días, "lisensiada"

-¿Cóooooooomo le vaaaaaaaa?

- Muy bien, "grasias" y usted?

- Qué bueeeeenooooooo! Muyyyyyy bieeeeennnnnnn. Cóoommoooo me aleeeegrooooo

(Pausa en la que yo no sé qué decir ante mi interlocutor que espera algo, no sé qué, pero algo)

- Sí

- Ayyyyyyy Quéeeeee bueeeenooooooo. Aquíííí andaaaamooooooosssssssss chaaaammmbeannnddoooooo

(Pausa idéntica a la anterior)

- Muy bien (seco y cortante porque esta conversación dura demasiado)

- Queeeee teeeenngggaaaaaa un boniiiiitoooooooooo díaaaaaaaaa. A sus órdeeeeeneeeessssss



En fin, que tengo que hacer un gran esfuerzo para no aparecer como maleducada, imperialista española y cabreada perpetua. Aprender a dominar esos silencios.

Lo de los 500 millones de hispanohablantes, me parece un poco falso. Habrá que ver más a Cantinflas.

ándale ándale

Aquí empiezo mi mi primer blog en solitario como si estuviera estrenando unos zapatos nuevos. Contenta y emocionada.
Lanzo la primera advertencia, como primer blog que es, espero que seáis condescendientes conmigo. Ya sé que se pueden hacer mil cosas (intentaré aprender algunas), pero no busquéis aquí la novedad y el diseño perfecto.
Sé que mis compañeros de trabajo alucinarán con lo rudimentario del diseño. Ruego sobre todo a S., R., N. y los A. que lo miren con buenos ojos.
El objetivo de este blog es contaros lo que veo, huelo y saboreo en esta tierra americana. Intentaré que me acompañe en estos tres meses y que através de él podáis compartir y conocer México.
Por último, si tenéis tiempo me gustaría que lo comentarais. Esto es la web 2.0 no?
Órale, ándale, ándale. Allá vamos