sábado, 21 de mayo de 2011

Admiración y confusión

Esta vez no hablo de México, sino de España, de lo que está pasando allí y de la información que me llega aquí. No entiendo nada. O más bien, no consigo comprender todo esto.
Admiro los movimientos sociales porque soy una persona activa que huye de cualquier tipo de pasotismo. Me gusta que la gente participe en la vida, que dé su opinión, que luche por lo que cree, que no se deje pisotear. Pero la historia ha demostrado que hay que estudiarlos con calma, cogerlos con pinzas para no quedar atrapados en situaciones absurdas.
No comprendo por qué ahora salta todo esto. Si España lleva en crisis año y medio, si los problemas de la ley electoral existen desde hace más de veinte años, si el bipartidismo no es algo nuevo... Me decía una amigo que la pregunta que me debía de hacer era por qué no ahora. No quiero ser pedante, pero dado que no vivimos en una selva, la respuesta es porque estamos en campaña electoral, una situación especial (porque la participación del pueblo en la política merece el máximo respeto), con una serie de normas (que obviamente se pueden cambiar), pero no en la mitad del partido. Considero que hubiera sido más beneficioso para el Movimiento, de acuerdo con ese afán de apartidismo que defiende, el estallar el 23 de mayo.
No me considero fan de Muñoz Molina, pero ha escrito un artículo bastante interesante en su blog (http://antoniomuñozmolina.es/2011/05/hora-de-despertar/) en el que analiza ese pasado que nos ha llevado a la actual situación.
Desde hacía meses esperaba un estallido de la sociedad por la crisis actual ( yo no sabía si de tipo xenófobo o como el que ha ocurrido) pero estaba claro que la olla explotaría antes o después. La lástima es que cuando los estómagos están llenos nadie se queja (y la ley electoral era la misma)
En fin, como podéis ver no tengo las ideas muy claras sobre lo que está pasando en España.

2 comentarios:

  1. Yo también estoy sorprendida por la sorpresa (agradable) y confundida, pero contenta (ya me conoces). A tu lista de los "si..." que no te explican por qué ahora, en tu entrada, se podrían añadir cientos en sentido contrario. Colaboro: "si está demostrado que denunciar la corrupción no sirve de nada y se confirman como candidatos electorales los corruptos", "si ya está comprobado que una carrera universitaria hecha en serio no garantiza un trabajo". Y me paro aquí porque de bancos y economási entiendo bien poco.
    He leído lo de Muñoz Molina y la entrada "indignados" de Sanjuán. Mi por qué me alegra lo que está pasando y mi objeción a quien dice que si se quiere cambiar algo hay que mojarse, implicarse en la política: sí, claro, de acuerdo. Pero voy a usar un paralelismo: muchos tenemos más desarrollada la conciencia ecologista, vigilamos el consumo desenfrenado del agua, diversificamos las basuras, etc. Y sin, embargo, solo cuando hay (desgraciadamente) un terremoto, un gran incendio, un desastre nuclear, tomamos mayor conciencia de lo que pasa. Si con la visibilidad del 15-M se consigue que la gente reflexione, quiera entender, decida, se implique, comparta información, ¡bienvenido sea, y adelante!

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  2. De acuerdo, Ana. Espero que esto sirva para alterar, tambalear la conciencia ciudadana (esperando que quede alguna). Mi única crítica al movimiento era el momento. Estoy segura de que si en la jornada de reflexión hubiera habido una sentada o acampada en San Sebastián o en Bilbao de independentistas vascos, los habrían desalojado. Y eso no me gusta. O todos, o ninguno.
    Como tampoco me gusta cómo se vende todo esto en el extranjero en plan paralelismo a Egipto o Libia. Hay un reduccionismo brutal, una manipulación de los medios extranjeros porque la "moda" ahora son las revoluciones.
    Todo esto me recuerda bastante al movimiento del 0,7% que hubo sobre 1994 o 1995.
    Pero bueno, no es plan de que eche aquí mi rollo político. Lo hablaremos en persona ;-)

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