miércoles, 9 de marzo de 2011

Allí no, pero aquí sí




A riesgo de parecer políticamente incorrecta no creo en el Día de la Mujer Trabajadora. En una sociedad como la española no tiene sentido. Sé que habrá muchos que no opinen lo mismo pero creo que las cuotas y ese tipo de celebraciones nos hacen un flaco favor a las mujeres. Seguro que T. P nos podría explicar las docenas de razones que existen para apoyar dicho día, pero a mí, por el momento no me convencen.
No me convence que deba haber una cuota rosa, una paridad sólo por ser mujer. Es más, me parece una medida que roza con el populismo. Baste ver los gobiernos de Zapatero para comprobar que su composición no se debe a un requisito de excelencia, sino de proporciones entre hombres y mujeres. Prefiero estar gobernada por los mejores, sean éstos hombres o mujeres.
Es cierto que en España faltan cosas por conseguir, pero no depende de los 8 de marzo, sino de la educación de las mujeres y su pasotismo.
Esta crítica al feminismo trasnochado se ha tambaleado desde que estoy en México. País machista donde los haya. Y eso que conozco nuestra España y la Italia berlusconiana. Aquí, debido al ambiente de violencia que se respira, las mujeres están indefensas, son víctimas fáciles. Uno de los transportes más famosos de la ciudad, el Metrobus, tiene un vagón exclusivamente para mujeres por los ataques que sufrían habitualmente. Y así es (ahí están las fotos). Ves una especie de autobús con dos vagones: uno para hombres y otro para mujeres y automáticamente se me vienen a la cabeza las imágenes del cumplimiento de las leyes raciales de Estados Unidos de hace décadas. Existen además autobuses urbanos exclusivamente para mujeres. Pero el estado mexicano no encuentra otra manera de protegerlas. De hecho, la medida ya existe en Japón.
Otro ejemplo. Una amiga me dijo: si vas en un taxi, haz como que llamas a alguien diciéndole por qué calle vas y que te espere inmediatamente. De este modo, el taxista sabrá que alguien conoce tu recorrido y se lo pensará dos veces antes de atracarte. Soy una víctima fácil. Glups.
Es cierto que aquí en estos casos se mezcla la violencia en la que vive el país con el machismo. Sin embargo, estoy convencida de que las telenovelas tienen mucho que ver. Que sí. Que las telenovelas tienen buena culpa de un imaginario colectivo que fomenta estas actitudes contrarias a la dignidad de la mujer. Del mismo modo que Mediaset favorece la difusión de una mujer que no vive en este mundo.
Otro día desarrollaré esta teoría sobre las consecuencias de haber visto "Los ricos también lloran". Mientras tanto, bienvenida sea en este país una jornada de reflexión sobre la mujer.

5 comentarios:

  1. La Feminista Enmascarada9/3/11 17:20

    Por alusiones! Soy la primera en denostar un día de conmemoración para la mujer. Mientras éste exista significará que no hay igualdad (y por igualdad no me refiero a faldas y pantalones en el Gobierno de nadie). Aunque tal y como vamos, terminará siendo otro día más de lucro para el Cortinjlés (venga y visite nuestra planta de Cacerolas... todo un regalo para el día de la mujer).

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  2. Oye, que ya sé que no estás de acuerdo con el día. Pero mi alusión era como experta que conoce todos los planteamientos empleados por los que defienden ese Día de la Mujer trabajadora. Otra cosa es que los compartas. Interesante lo del Corte Inglés. Tiempo al tiempo.
    Beijo

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  3. La Feminista Enmascarada9/3/11 19:16

    Las ollas con una frasecilla en laser, como en los iPODS

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  4. Aquí también, Ana. En países como Italia, en el que el papel público de la mujer está considerado como ya sabemos y que las que suelen llegar a dirigir no lo consiguen por méritos o capacidades, hay que imponer alguna cuota. Me dirás que eso no garantiza que entren a dirigir las mejores. Ya lo sé, pero ese proceso puede y debe despertar a la categoría. Un ejemplo: la larga fase de reforma de la universidad ha llevado a una mayor conciencia de categoría y de responsabilidad en el proceso a grupos de trabajadores que hasta ahora estaban discriminados. En la fase actual de aplicación de la reforma y de redacción de los estatutos de las universidades, de los reglamentos internos, etc., estas personas, tras haber demostrado que sabían de qué se estaba hablando, exigen públicamente participar con cuotas de representación garantizadas. La concesión de dichas cuotas les ha llevado a elegir democráticamente quién les va a representar mejor. Para mí, las cuotas garantizadas en el ámbito público tienen sentido si se basan en procesos transparentes en los que se demuestra si lo que cuenta es el mérito, las capacidades, etc. En el ámbito privado, cabe esperar que quien seleccione a esas mujeres lo haga por el bien de la empresa. Ya sé que todo es muy relativo y depende de la seriedad de la gente, pero por algo hay que empezar.

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  5. No sé Ana, quizás tenga razón para el machismo italiano. Pero yo en mi ambiente de trabajo no lo veo necesario.
    Aquí te mando un enlace a un blog de un compañero sobre esto de las cuotas en la universidad.
    http://antoniosanjuan.blogspot.com/2010/12/la-subcircunscripcion-femenina.html
    besos

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